Durante el embarazo, tu nivel habitual de energía puede bajar a veces, sobre todo cuando tu cuerpo se adapta a los cambios hormonales y al aumento de peso corporal. A veces te apetece estar tumbada en el sofá todo el día, pero la inactividad puede aumentar tu fatiga. Prueba los siguientes consejos para aumentar tu nivel de energía en los días en que te sientas cansada.
- Vigila tu dieta. Cuando te sientes cansado, es natural que busques alimentos azucarados para aumentar los niveles de azúcar en sangre. Comer alimentos ricos en azúcar te dará un pico de energía, pero a costa de un gran bajón posterior. En su lugar, opta por tentempiés ricos en proteínas que contengan algo de grasa para ayudar a mantener estable el nivel de azúcar en sangre. Prueba a cambiar una galleta por mantequilla de cacahuete en una galleta salada, o un yogur bajo en azúcar.
- Levántate y muévete un poco. Puede que no tengas ganas de hacer ejercicio, pero un breve paseo puede despertar tu cuerpo y aumentar tu energía. Piensa en hacer entre 10 y 15 minutos de cualquier actividad, como caminar, hacer varias series de subir y bajar escaleras o una parte de un DVD de ejercicios. La clave es mantener baja la intensidad y limitarte a mover el cuerpo.
- Si no te apetece hacer ejercicio aeróbico, dedica 5-10 minutos al entrenamiento de fuerza con una banda de resistencia o pesas de mano. Elige un peso o resistencia que te permita hacer al menos 12 repeticiones y 2-3 series. Evita sobrecargarte levantando pesas cuando te sientas cansado: el objetivo es hacer que la sangre bombee con algunas repeticiones suaves.
- Echa una siesta energética. Puedes pensar que es contraproducente, pero si te sientes agotado, a veces el mejor remedio es una siesta corta. Las reglas para una siesta reparadora eficaz son mantenerla entre 15 y 20 minutos, y evitar dormir la siesta después de las 3 de la tarde. El mejor momento es justo después de comer y antes de las 15.00 horas; cualquier hora posterior puede alterar tu sueño nocturno. Recuerda poner la alarma para no dormirte más de la cuenta, y aunque no te duermas, tomarte un tiempo para descansar puede ser útil.
- Dúchate. Una de las mejores formas de aumentar tu nivel de energía es duchándote. Evita que la temperatura del agua sea demasiado caliente, y termina con un aclarado frío si puedes tolerarlo.
- Aumenta tu ingesta de líquidos. Una deshidratación leve puede hacerte sentir cansado, así que controla tu ingesta de líquidos para asegurarte de que bebes lo suficiente. El agua es la mejor opción, pero los zumos e incluso el té y el café cuentan. Intenta beber ocho vasos de líquido o más al día. Una buena forma de determinar si estás deshidratado es comprobar el color de la orina. Si es de color amarillo intenso, es una señal para que aumentes la ingesta de líquidos. Intenta que la orina sea entre pálida y casi transparente.
- Utiliza tu respiración para reducir el estrés y mejorar tu nivel de energía. El embarazo puede ser estresante, y cuando te sientes tensa, tu respiración puede volverse superficial. Puedes mejorar tu respiración y reducir el estrés mediante la «respiración abdominal». Coloca las manos sobre el vientre y, al respirar, deja que el abdomen se expanda hacia fuera (debes sentir que el vientre se expande hacia las manos). Evita respirar con la parte superior del cuerpo (donde los hombros se levantan y se tensan) y relaja los hombros mientras inspiras y espiras lentamente con el vientre expandiéndose y relajándose. Practica la respiración abdominal varias veces al día para entrenarte a respirar correctamente.
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